El cáncer vesical o de vejiga es una patología que puede entrañar distintos niveles de gravedad, en función del momento en el que se produzca su detención. Si el diagnóstico y el tratamiento son precoces, el pronóstico mejora de manera exponencial. Desde Dr. Diaz Bermúdez, su clínica urológica de confianza en Pontevedra, le contamos todo lo que necesita saber sobre esta enfermedad: cuáles son las primeras señales y qué posibilidades de tratamiento existen.
Qué es el cáncer de vejiga
Derivado del urotelo, la mucosa que se encuentra en contacto con la orina, este tipo de cáncer supone el 9% de la incidencia entre todos los cánceres de varón y el 4% en la caso de los tumores en mujeres. Su aparición es mayor a partir de los 50 años.
Si bien el origen puede ser múltiple y en gran medida desconocido, se cree que podría estar relacionado con el tratamiento con ciclofosfamida sistémica y con la exposición a aminas aromáticas. Además, el tabaquismo es uno de los factores que duplica las posibilidades de llegar a desarrollarlo.
Primeras señales del cáncer de vejiga
Lo cierto es que este cáncer puede ser en gran medida silencioso, por lo que se hacen muy recomendables, especialmente a partir de los 50 años, los chequeos de rutina para comprobar que todo está correcto.
No obstante, si usted experimenta hematuria, si siente dolor o escozor al orinar o si la micción se hace excesivamente frecuente es recomendable que pida cita con su clínica urológica en Pontevedra.
Tratamiento del cáncer vesical
El tratamiento curativo, siempre que la enfermedad se encuentre aún en su estadio inicial, consiste en la extirpación de la lesión y, en caso de resultar necesario, en la administración de instilaciones endovesicales de fármacos quimioterápicos con el fin de evitar una posible repetición de las células tumorales que lo ocasionaron.
Cuando el tumor es de profundidad, deberá optarse por una cistectomía radical, es decir, una extirpación completa de la próstata y la vejiga. De manera complementaria, podría estar indicado un tratamiento con quimioterapia para evitar recurrencias, en el caso de administrarse tras la cirugía, o para conseguir disminuir el tamaño del tumor antes de la operación.
En el caso de que se haya producido una metástasis, el tratamiento deberá de ser farmacológico. Por suerte, en los últimos años el desarrollo de fármacos inmunomoduladores ha aumentado exponencialmente. Por lo que, en combinación con la quimioterapia tradicional, la administración de estos fármacos puede resultar de alta eficacia.
En cuestiones de salud no se la juegue y confíe siempre en profesionales de primer nivel capaces de ofrecerle un servicio integral y con todas las garantías, como el que encontrará en Dr. Diaz Bermúdez, su clínica urológica de confianza en Pontevedra.