La cistitis, definida como la inflamación de la vejiga urinaria, constituye una de las infecciones del tracto urinario (ITU) más prevalentes, especialmente en la población femenina. Si bien la terapia antibiótica empírica representa el tratamiento de primera línea en la mayoría de los episodios agudos no complicados, existe un subgrupo de pacientes en quienes esta aproximación terapéutica resulta insuficiente para erradicar la infección o prevenir recurrencias.
En este artículo, desde la clínica urológica del Dr. Díaz Bermúdez, en Pontevedra, le ayudaremos a comprender las razones subyacentes a esta falta de respuesta. ¡Siga leyendo!
¿Por qué los antibióticos no hacen nada frente a mi cistitis?
La ineficacia de los antibióticos en el tratamiento de la cistitis puede obedecer a diversos factores. En primer lugar, la resistencia bacteriana emerge como un problema creciente a nivel global. La exposición previa y/o repetida a antimicrobianos puede seleccionar cepas bacterianas con mecanismos de resistencia intrínsecos o adquiridos, disminuyendo la susceptibilidad a los fármacos habitualmente empleados. La identificación del uropatógeno específico y la realización de un antibiograma resultan fundamentales en estos casos para guiar la elección de un tratamiento antibiótico dirigido y eficaz.
En segundo lugar, la presencia de factores subyacentes en el paciente puede comprometer la respuesta terapéutica. Anomalías estructurales del tracto urinario, como divertículos vesicales o litiasis, suelen dificultar la erradicación bacteriana y predisponer a infecciones recurrentes. Igualmente, condiciones comórbidas como la diabetes mellitus, la inmunosupresión o el prolapso de órganos pélvicos pueden alterar la respuesta inmunitaria local y sistémica, favoreciendo la persistencia de la infección.
Adicionalmente, la formación de biofilms bacterianos en la superficie del urotelio vesical representa un mecanismo de evasión a la acción de los antibióticos y a la respuesta inmune del huésped. Estas comunidades bacterianas estructuradas se caracterizan por una matriz extracelular que dificulta la penetración de los fármacos y protege a las bacterias de los mecanismos de defensa del organismo.
Finalmente, en un porcentaje de pacientes, la sintomatología compatible con cistitis puede no corresponder a una infección bacteriana activa. El síndrome de dolor vesical/cistitis intersticial o la uretritis no infecciosa suelen manifestarse con síntomas similares, pero requieren abordajes terapéuticos completamente diferentes, que no incluyen la administración de antibióticos.
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Ante la persistencia de los síntomas de cistitis a pesar del tratamiento antibiótico convencional, es imprescindible una evaluación urológica exhaustiva. En la clínica del Dr. Díaz Bermúdez contamos con los medios diagnósticos y la experiencia necesaria para identificar las razones de esta falta de respuesta terapéutica. A través de una historia clínica detallada, exploración física, análisis de orina con urocultivo y, en casos seleccionados, estudios de imagen o endoscópicos, podemos establecer un diagnóstico preciso y diseñar un plan de tratamiento individualizado.
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